El Hombre Como Persona
19,00 €
Impuestos incluidos
Autor: Mariano Moreno Villa
El personalismo comunitario ha mantenido siempre como un postulado básico el «ser personal» del hombre, en el que reside su absoluta dignidad. Delimitar de forma más precisa dónde reside este carácter del ser del hombre es el objetivo de la presente obra.
La perspectiva necesaria para esta tarea se alcanza en la encrucijada trazada, por un lado, en la alternativa entre el primado del individuo o de la colectividad y, por otro, en la disyuntiva entre materialismo y espiritualismo.
Entonces el camino que queda por ensayar es fundar la inalienable y absoluta dignidad de la persona humana en la existencia y donación de un Dios personal que le interpela; de un Absoluto que le hace partícipe de su misma vida.
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Mariano MORENO VILLA (1959-1999) fue director del Departamento de Filosofía y Sociedad en el Instituto Teológico de Murcia y miembro del Instituto Emmanuel Mounier. Ha trabajado en estrecha colaboración con E. Dussel, sobre quien realizó su tesis doctoral. Entre sus obras se encuentran: La filosofía de la liberación latinoamericana, «más allá» de la filosofía europea (obra colectiva, 1992), Cuando ganar es perder y el Diccionario de pensamiento Contemporáneo, del que fue director.
978-8487943348
Ficha técnica
- Tipo
- Tapa Blanda
- ISBN-10
- 8487943349
- Editorial
- CAPARRÓS EDITORES
- Autor
- Mariano Moreno Villa
- Número de Páginas
- 184
- Dimensiones (cm)
- 21 x 15 x 1
- Colección
- ESPRIT
- Nº Colección
- 16
- Fecha Publicación
- 1995
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Autor: Mariano Moreno Villa
El personalismo comunitario ha mantenido siempre como un postulado básico el «ser personal» del hombre, en el que reside su absoluta dignidad. Delimitar de forma más precisa dónde reside este carácter del ser del hombre es el objetivo de la presente obra.
La perspectiva necesaria para esta tarea se alcanza en la encrucijada trazada, por un lado, en la alternativa entre el primado del individuo o de la colectividad y, por otro, en la disyuntiva entre materialismo y espiritualismo.
Entonces el camino que queda por ensayar es fundar la inalienable y absoluta dignidad de la persona humana en la existencia y donación de un Dios personal que le interpela; de un Absoluto que le hace partícipe de su misma vida.